Los incendios son catástrofes que estamos atestiguando en diversas latitudes, y los sentimos con más fuerza, mayor intensidad y duración. No basta el calentamiento global para explicarlos pues a la par -y a pesar de todo lo que sabemos de la situación frágil de nuestros ecosistemas- es demasiada la negligencia humana (de grandes corporaciones o personas naturales) así como actos los deliberados y criminales de individuos o grupos de ellos. Cualquiera sea su causa, los efectos son devastadores, traumáticos para sus supervivientes humanos, los niños especialmente, y su familias tratando de sacar fuerzas en medio de las tragedias (muchas personas han perdido a seres queridos, o visto cómo sus hogares, o comunidades enteras quedan bajo la ceniza), y todos los seres vivos, los animales, la tierra, sus árboles, su flora, aun cuando no tengan cómo traducir en voz audible, ni en palabras como las que usamos nosotros, todo su sufrimiento.
Las siguientes guías fueron elaboradas por Paulina Rincón, psicóloga chilena (PhD) especialista en trauma y académica de la Escuela de Psicología de la U. de Concepción. Están siendo publicadas en diversos sitios y creo serán de gran e imprescindible ayuda para familias, comunidades, en lugares de trabajo también.
Aquí van los pdf para descarga junto a la gratitud con Paulina Rincón por la generosidad de poner este material a disposición de todos nosotros.
Ética del cuidado y sexualidad/afectividad y relaciones humanas, etapa 0-7 años:
Uno de los factores protectores más importantes en materia de prevención del abuso sexual infantil es una comunidad atenta y responsable en el cuidado de todos los niños. Para el ejercicio de este cuidado, es preciso informarse y compartir la información: con otras personas y también, y muy especialmente, con los propios niños. La función educativa es primordial, la enseñanza del autocuidado, y la educación sexual. Estos recorridos comienzan en el hogar y en el jardín y la escuela.
La experiencia de la sexualidad es desde el día uno, y hasta nuestra muerte. Su desarrollo en la niñez y adolescencia es acompañado, como todo, por la presencia y la guía de adultos que cuidan y son responsables de hacer, aquí también, un “traspaso de la antorcha”; el aliento de esa lumbre que permita a niños y niñas reconocer y aprender de la maravilla de sus propias vidas, cuerpos, sentidos, emociones, y de su derecho a ser cuidados, escuchados, respetados en sus tiempos y sus límites.
De la mano los afectos y la sexualidad, mientras los más pequeños recorren años determinantes de su preparación en, para y junto a la vida. Durante la niñez temprana, la educación sexual ya está en movimiento. Desde el nacimiento, el trato a las guagüitas y sus cuerpos es informativo y ya deja huella en lo que tomará todavía muchos años terminar de formar: el consentimiento, la capacidad adulta de discernir y elegir en coherencia con la propia vida y sus necesidades, y con los propios deseos, afectos, derechos, valores, y límites de autocuidado y auto amor. En cierto sentido, el primer amor, o el amor más grande de una vida, es cada uno y una para sí. Ojalá lo fuéramos (qué tremendo punto de partida para las nuevas generaciones).
Desde la ética del cuidado, la dignidad humana y el otro legítimo se desdibujan si el cuidado y el respeto incondicional no han sido antes conferidos o experimentados en relación a la propia vida, al propio ser. Es una urdimbre delicada, la de cada humano niño, y de sus vínculos con todos los mundos que habita: partiendo por su propio cuerpo. Su “hogar primario”. Cómo conciba, sienta y trate a ese hogar cada niño o el adulto que llegará a ser, dependerá en gran medida de cómo fue tratado por sus cuidadores.
El trato es “la escuela primordial” para los más pequeños: el que reciben y el que atestiguan entre las personas que acompañan sus vidas, expresado en actos y palabras. Nuestros niños aprenden de nuestro trato y actitudes en relación a nuestros cuerpos, cómo interactúan con otros y en qué contextos relacionales, desde qué preferencias y límites, desde que estándares de mutualidad en el respeto, y también desde los lenguajes que elegimos para referirnos a lo corporal, a la sexualidad, a la reproducción humana, al amor.
Los niños requieren presencias que cuidan, acompañamiento, información y herramientas indispensables para sus vidas y esto incluye aprender también a reconocer la existencia de riesgos, junto a la certeza de la protección, y de la asistencia y auxilio oportunos con que deben contar –y que los adultos debemos entregar- accidentes y quebrantos. El cuidado sin atención constante y desprendida (para ponerse a disposición de los más chicos), y sin información –un derecho más-, no puede ser efectivo.
Como padres y madres, no sabemos todo ni podemos estar presentes las 24 horas de cada día, y compartimos responsabilidades en el cuidado con otras personas a quienes debemos compartirles lo que sabemos, lo que esperamos, orientarlos también en lo que deben acompañar y observar, y compartir con nosotros de inmediato para poder ir adaptando y actualizando nuestro rol de cuidadores de la mejor manera posible.
Contamos con diversas señas que nos ayudan a orientarnos. El desarrollo evolutivo en sexualidad, ya nos provee de un suelo: etapas, tareas a cumplir, conductas frecuentes o esperables, y otras, menos. No hay juicio de bien o mal, sano-enfermo, o “normal” vs “anormal”. Cada niño es único, cada infancia. Sí puede ayudarnos mucho la distinción entre aquello que es más o menos presente y común, lo que cuida y no, lo que favorece o interfiere el desarrollo, o lo que en mayor o menor medida puede evitar peligros y daños que sí son evitables. Como el abuso sexual infantil (ASI).
En relación al ASI, parte de nuestra preparación pasa por observar, y reconocer conductas más o menos afines con nuestros propios hijos y sus características, y las de su generación, inclusive; con sus experiencias en familias (más o menos expresivas, más o menos conversadoras, con más o menos hermanos, primos, etc.) y con las comunidades donde crecen (será distinto en Holanda, en Irán, o en Chile), o en los jardines infantiles y juegos con sus pares. Todos estos bits de información nos permiten reconocer una música o “tono” cotidiano, habitual, que acompaña el desarrollo de nuestros hijos, muy intensivo en la niñez temprana. Es importante conocer bien esa música, para poder identificar lo que se aleja de ella, o desafina (y que debe concitar nuestra preocupación y acciones responsables). La disonancia puede ser estridente o muy tenue, y pasar inadvertida, de todos modos. Eso no necesariamente equivale a descuido ni despreocupación A veces nos cuesta leer las claves, o nos resistimos, desde lo más profundo, a aceptar ciertos signos, por potencialmente devastadores. Pero con más ojos, y presencias acompañantes (no juzgadoras o condenatorias), podríamos recibir cualquier frecuencia de luz, con la pupila valiente, más segura de sí.
Compartimos aquí algunas conductas vinculadas a lo corporal y lo sexual infantil que se consideran como más comunes, y como menos. Éstas últimas son las que requieren de atención y búsqueda de apoyo especializado a la brevedad para precisar su origen, y evaluar asimismo –a fin de descartar o confirmar- la posibilidad de abusos o de otras transgresiones como la exposición accidental del niño a contenidos sexuales adultos en revistas, o que se conversan en televisión o radio en cualquier horario, o que se actúan en videos de pornografía (muchos celulares, tablets y laptops contienen búsquedas adultas que fácilmente podría replicar con un solo click, el niño pequeño que accede al dispositivo por casualidad). Todos estos contenidos pueden ser imitados o asimilados por los niños, y cuando se expresan, deben movilizar nuestra respuesta inmediata.
Lo sexual infantil es un idioma completamente diferente a lo sexual-adulto. Los niños se mueven desde la ternura, lo sensorial, lo agradable de la tibieza y el contacto, los afectos, lo placentero de ciertas sensaciones ligadas al reconocimiento del propio cuerpo, su exploración, o ciertos juegos entre pares (y aunque tengan connotación sexual aparentemente, como por ejemplo jugar al doctor o al papá y la mamá que tienen una guagua, siguen siendo juegos de niños y en clave infantil, no sexual-adulta). En su imaginario o en sus conductas, la marca de lo sexual-adulto no tendría por qué estar presente, los niños no tienen cómo replicarlo, a no ser que hayan sido expuestos de alguna manera. Una de ellas y la más devastadora, es el abuso sexual.
No podemos omitir señas. Toda vez que reconocemos la marca de lo sexual-adulto en actividades, relatos o dibujos de los niños pequeños, necesitamos preguntarnos por qué. Igualmente, si reconocemos en nuestros niños rigideces o interacciones recurrentes, imitaciones, o diálogos y preguntas donde se evidencia el conocimiento de actos sexuales adultos específicos. Bien podría ser que vieron algo, o que lo vivieron. No podemos no actuar o quedarnos con la duda.
Necesitamos, también, precaver situaciones, por ejemplo, cuidando rigurosamente los límites de la intimidad adulta como una forma de proteger a los más pequeños. Muchos chiquitos han sorprendido a sus padres/madres o a sus hermanos adolescentes teniendo sexo, y reproducen lo que vieron, y hay pequeños que no cuentan con los recursos lingüísticos para explicar el origen de esa “imitación”, cuando les pregunten qué hacen o a qué juegan. Denuncias por posible abuso se han desencadenado así; de ahí la importancia del apoyo experto y de la acción conjunta familia-docentes-profesionales de apoyo. Nadie querría que un niño pase por un proceso judicial –y menos innecesariamente-, con todo el estrés y daño que se inflige con múltiples entrevistas y evaluaciones. Tampoco querríamos que pasen inadvertidos al diagnóstico, abusos sexuales que pudieron ser interrumpidos y denunciados.
Es entendible que nos sea difícil acercarnos al problema o escuchar sobre medidas de prevención o detección precoz, cuando existen decenas de otros temas, hermosos e interesantes, vinculados al crecimiento de los niños, y a los que preferiríamos dedicar tiempo como padres y madres. Sin embargo, es parte de nuestro rol aprender continuamente, y en esa autoeducación y en los aprendizajes que compartimos con otras familias, ganamos un poder enorme para proteger mejor a nuestros niños, fortaleciendo el círculo de cuidado que formamos entre todos.
Muchos papás y mamás nos preguntamos cuándo es el momento para enseñar “los nombres correctos” de las partes privadas, o si podemos usar diminutivos o apodos. No solemos hacer las mismas preguntas en relación a otras partes del cuerpo: simplemente las enseñamos usando sus nombres, con la mayor naturalidad. Es lo mismo para las partes privadas, y es positivo incluirlas desde el comienzo, incluso antes de que nuestros hijos comiencen a hablar. Hoy en día, el criterio es universal: lo encontramos en casi todos los jardines infantiles, salacunas, escuelas, en libros, en visitas al pediatra, etc. Esa sintonía expresa cuidado: la información es protectora, en cambio, la desinformación o la confusión desprotegen a nuestros hijxs.
Estamos compartiendo con nuestros hijxs una “historia” acerca del cuerpo humano, de sus cuerpos, que va con afecto, respeto, y mucha maravilla, al mismo tiempo que les enseñamos a cuidar, a cuidarse, a conocer sus derechos, sus límites y ejercerlos. Lo anterior representa un factor protector, y también empoderante para niños y niñas: provee un sustento para interacciones y relaciones que se irán construyendo en el tiempo, y para el desarrollo del consentimiento que quizás, cuando vemos jugar a nuestros niños pequeños, se ve todavía muy lejano, pero no lo es y ya comenzamos -desde el primer día- a nutrir su desarrollo. Lo demás, en las tarjetas 😉
Este material ha sido preparado especialmente para niños y niñas en la prescolaridad y ciclo básico temprano, 0-7 años (puede ser más, he visto excelente resonancia hasta los 9, y en esos casos, se aborda con muchas más preguntas y opiniones que niños un poquito más grandes están en condiciones de desarrollar), y para ser trabajado en compañía de sus familias y/o docentes.
Una buena idea es fotocopiarlo y compartirlo con la familia extendida que siempre puede ser una gran aliada si cuenta con información acerca de qué etapas y tareas del desarrollo están viviendo nuestros niños, y qué temas estamos conversando con ellos y cómo podemos cuidarlos y guiarlos mejor.
Los elementos centrales de este material -inspirado en el libro “Mi cuerpo es un regalo”- son “mi cuerpo me pertenece, es mío, escucho su voz, lo cuido, me ayudan a cuidarlo, merece ser cuidado de la mejor manera”, y la noción de “círculo de cuidado” , ese grupo de personas que para los niños y niñas son fuente de afecto, confianza, y cuidado incondicional.
La “voz del cuerpo”, y las necesidades de salud y bienestar de cada cuerpo de los niños y las niñas, necesitan estar presentes siempre, son temas cotidianos, que podemos retomar a diario, en pequeños intercambios. Conozco a muchos niños/a que desde este acercamiento temprano a la consciencia de lo corporal, hablan de “mi cuerpo me pide más agüa, más postre, más juegos, más amor, o menos acelga o brocoli (jaja)” y que expresan sus emociones asentadas en el cuerpo.
Los límites comienzan aquí también, en los menos y más, en los después, en los “me da un poco de susto, me emociona, siento nervios (situaciones sociales nuevas, etc)”, o en los “prefiero jugar de esta forma sí y de esta no”. No puedo enfatizar lo suficiente, cuán importante es dar presencia al cuerpo y su voz, y ser nosotros capaces de escuchar y acoger lo que esa voz expresa, para que así nuestros hijos también aprendan a escucharse a sí mismos desde pequeños.
Es sumamente importante que trabajando este material, y siempre, periódicamente, en diversos contextos, propongamos a nuestras hijas e hijos nombrar una por una a estas personas, y nosotros registrar, esos nombres. Si son 5 (es un buen número), pueden nuestros niños, por ejemplo, anotar sus nombres en cada dedo de una mano, o hacer un dibujo (que reúna a la mamá, papá, alguna maestra/o, pediatra, un abuelox , por señalar algunas personas que se repiten en la mención/selección de niños de diversas latitudes).
Es fundamental, asimismo, conversar de quiénes son y por qué fueron elegidas las personas del círculo de cuidado, pero sin cuestionar sus elecciones. Si notamos que hay alguna que nos resulta particularmente preocupante (por ejemplo, una tía o primo mayor o padrino que no tiene límites, que establece relaciones demasiado intensas, o que continuamente fuerza cosquillas e interacciones físicas), necesitamos redoblar atención, si es posible explicitar a esa persona nuestras preferencias acerca de cómo interactuar con nuestro hijo/a.
Recordemos explicitar a los niñxs que en su círculode cuidado (o su lista de personas favoritas que los cuidan) se pueden agregar integrantes o bien, que puede haber “turnos” -un concepto con el cual los niños están familiarizados- y por ende, ellos pueden perfectamente cambiar a una persona por otra. Estas instancias, por último, son propicias para conversar en general sobre el rol y responsabilidades del mundo adulto en el cuidado (y todos: bomberos, carabineros, choferes, personal de salud, gobernantes).
En relación al círculo de cuidado, por último, es muy recomendable que conversemos y compartamos con quienes fueron nombrados por nuestros niños en su círculo de cuidado, cuáles son las expectativas que trae consigo este “nombramiento”: la disposición a escuchar sin juicios, a creer y acoger lo que los niños cuentan (luego podemos examinar o preguntarnos por esos relatos lo que queramos, pero al escuchar, acogemos sin cuestionar ni ponerlos en duda, sólo escuchamos), a estar disponibles pues en situaciones de “malestar” la recomendación es recurrir, contar y/o pedir ayuda de inmediato a alguien del círculo de cuidado.
La afirmación, explícita o no, es todo el tiempo: “yo te cuido, yo te aprecio, yo te creo”. Por cierto, es necesario que todos nos ayuden -me refiero a quienes son parte del círculo de cuidado- compartiendo oportunamente toda información que nos sirva para proteger y orientar mejor a nuestros hijos.
Como una música que siempre acompaña, los “derechos de los niños”, al menos los que dicen relación con el respeto a su integridad, el buen trato, la protección, el derecho a estar saludables y seguros, a contar con cuidados.
En relación a las partes privadas, partimos de la base que es indispensable enseñar sus nombres correctamente y reforzarlos de forma constante (más aún si todavía se usan apodos cariñosos para nombrarlas a veces). No se hace fácil compartir orientaciones como “nadie puede pedirte tocarlas o que le toques sus partes a otro”, pero todo dependen del tono en que lo hagamos, la carga o naturalidad que imprimamos a ese mensaje. Es un mensaje protector, es empoderante, va con amor: no necesita ser tenso o sombrío. Sereno y claro, eso sí.
En relación a los secretos, reforzar la noción de que no son secretos sino “sorpresas” los regalos o fiestas que se preparan para personas queridas, sin que podamos contarles por un tiempo. Hablemos con amiliares y amistades para que ojalá compartan esta noción también y eviten naturalizar los secretos. Igualmente, si algo es privado o personal, no es sinónimo de “secreto”. Que no compartamos algo con los demás no significa que lo ocultemos, o que no confiemos en alguien. Por ejemplo, en el colegio cuando comienzan los niños y niñas a hablar de un amigx especial o un niñito/a que “les gusta”, no hay obligación de contarle a medio mundo o responder preguntas (así sean nuestras, o de los abuelos, etc). Pueden responder “es personal”, o “ahora no quiero hablar de esto, gracias”.
Cuántas veces nosotros como adultos no hemos querido compartir un proceso íntimo y terminamos a contrapelo contando la historia completa sólo para que nuestra reserva no se interpretara como algo negativo, oculto, o vergonzante, o como poco afecto o desconfianza por nuestro interlocutor. A muchos no nos enseñaron de niños que hay temas, espacios “personales”, simplemente. Tampoco nos enseñaron que no estábamos obligados a saludar de igual forma a todas las personas, o a que teníamos un cuerpo al que podíamos llamar “mío” y prodigarle afecto y cuidados, o que era un derecho de los niños establecer ciertos límites y decir NO si algo nos hacía sentir incómodos, confundidos o asustados. El reforzamiento de esta idea de los límites y el NO es fundamental como factor protector en la esfera del abuso sexual, y en otros dilemas que irán enfrentando nuestros hijos conforme crecen y la relación con sus pares aumenta en importancia, junto a las presiones sociales, también.
Más que el abuso sexual y su prevención que es absolutamente indispensable y una responsabilidad nuestra, todos estos materiales que estamos compartiendo convergen en algo mucho más vasto que es el desarrollo del consentimiento. Estamos construyendo su suelo desde que nacen nuestros hijos, y en la etapa prescolar y escolar temprana nos jugamos una tremenda oportunidad de hacerlo sólido para el futuro. Gracias por concurrir, una vez más, VJ. Les invito a conocer la tabla:
“Un acto de amor, de comunidad… un acto cívico de expresión de nuestro compromiso por todos los ciudadanos niños, como los adultos atentos, responsables y preocupados que debemos ser”, así define Vinka Jackson la campaña que inició en el barrio donde vive, con la esperanza de llegar a diferentes lugares y todas las regiones (Macarena Gayangos, 2013).
La iniciativa nació de su inquietud personal, la de su hija mayor y un grupo de “hombres y mujeres buenas”, frente a la necesidad de que el cuidado de la infancia y de sus derechos realmente sea una prioridad en nuestro país. La aspiración es a que desde cada hogar se haga visible un mensaje muy potente “que deje en claro que queremos cuidar bien a nuestros niños y que estamos en esto junt@s, porque son los hijos e hijas de tod@s”, señaló la psicóloga y escritora.
Para materializar esta idea, Jackson decidió hacer unos atractivos y didácticos cuelgapuertas: “porque las perillas están a la altura de los niños”. La ilustración es de su hija mayor, Diamela, y a la iniciativa de inmediato se sumó “un grupo de amig@s entrañables que siempre están, siempre han estado, muchas veces anónima y silenciosamente, apoyando la causa de la niñez”. La idea es que los cuelgapuertas sean muy visibles en la entrada de casas y departamentos, y que sus mensajes sean tema de conversación y reflexión en diversos espacios: la familia, la escuela, los jardines infantiles, el almacén, las tiendas, los organismos públicos, las empresas, el café del barrio, las ferias, y un gran y esperanzador etcétera.
El lema de Jackson es sencillo y firme: “En este hogar cuidamos y respetamos a l@s niñ@s”. Por el reverso, la psicóloga comparte 12 mensajes o “tips” –principalmente pensando en los adultos- ligados al cuidado ético de la infancia, en cada etapa, y con un acento en la promoción de un desarrollo infantil saludable en la afectividad/sexualidad y las relaciones humanas.
La primera tarea fue imprimir y distribuirlo “puerta a puerta” en plazas, veredas, los cafés y negocios del barrio, y en las casas y edificios. La campaña se lanzó desde una plaza, entre amig@s y sus hij@s, vecin@s, estudiantes. En una soleada mañana primaveral, se dieron a la tarea de recorrer las calles aledañas y junto a la distribución de los cuelgapuertas, los activistas se detuvieron a conversar con vecinos y vecinas sobre los derechos de los niños, la necesidad de escucharlos y atender a sus voces, la prevención de abusos, la educación, la responsabilidad comunitaria en su cuidado.
La recepción fue cálida, atenta, y casi todas las personas pedían más de un cuelgapuerta para llevar a casas de familiares, o a sus vecinos del piso o la cuadra, sumando así a muchos más.
“Esta campaña es una creación colectiva, y se han sumado amigos muy queridos, escritores, periodistas, abogados, artistas, doctores, educadores, activistas, abuelos, papás y mamás y de todas las avenidas de la vida”. La campaña es completamente transversal, y tiene el mérito de contar con la presencia de personas de todo el espectro político y la mayor diversidad.
“Quiero agradecer con todo amor a mi familia, a Rodrigo Venegas y mis hermanas Titi y Cony Stipicic, a Eugenio Severin y Andrés Velasco, a Celia Alvariño y Consuelo Saavedra, a Rolando Melo, Jorge Pirincho Navarrete, Ana María Alvear, JI Piña, Pedro Labrín SJ, Ana Cáceres y Loreto Vera. También a la imprenta IVROS que nos ha apoyado incondicionalmente. Sin todos ellos, de verdad, esto no habría sido posible”.
“Queda la satisfacción de la tarea bien comenzada, y la confianza de que pueden nacer iniciativas desde un hogar, un barrio, una comuna, y de un grupo de ciudadanos adultos que se une, más allá de cualquier diferencia, por el bien de sus niños”, VJ, 2012.
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Nota 2015, IMPORTANTE
Poco a poco, en tres años –y ya van cuatro etapas de la campaña, con aproximadamente cinco mil cuelgapuertas- esta iniciativa ha ido llegando a distintas comunas y regiones, sobre todo, de la mano de mamás y papás, ciudadan@s, educadores, profesionales de salud, programas de reparación de maltrato (PRM) y otras organizaciones, y también gracias a jardines y colegios que los han entregado a las familias de sus alumn@s. Gracias a todxs.
Con mucha alegría, queremos compartir ahora, sumando al cuelgapuertas para los hogares, una versión especialmente pensada para comunidades educativas (y también otras). Ambas están disponibles para descarga gratuita. Ojalá puedan imprimir, cortar y colgar estos cuelgapuertas –es una actividad de artes manuales entrenida de realizar en familia o en el aula (en hoja de block delgado, o bien entre hojas de carta comunes y corrientes, con un cartón al centro; funciona bien).
Pdf para descarga gratuita de uso personal y/o en familia solamente. Para consultas sobre impresión de cuelgapuertas como tal y/o como afiche (Campaña, registro propiedad intelectual N° 239.393, DIBAM) para uso institucional por favor escribir correo electrónico a contacto@box5282.temp.domains
La prevención de abusos es un imperativo para todos los que somos madres y padres, convivimos y/o trabajamos con niños y niñas. Por supuesto nos hacemos decenas de preguntas antes de emprender este camino: ¿no será demasiado, realmente es necesario, cuánta afectará su inocencia o confianza en el mundo, no estaremos pecando de sobreprotectores, histéricos, etc? Categóricamente SI a la necesidad de la educación y prevención, y rotundamente NO a los cuestionamientos sobre nuestra “exageración”.
Esto se trata de responsabilidad, de cariño, de honestidad en la presentación de un mundo -el que van habitando y haciendo suyo nuestros hijos- donde siguen siendo más las personas que cuidan, pero donde también existen motivos para estar muy atentos en la protección.
Los niños, llegada cierta edad y conforme crece su capacidad de comprensión, saben que exiten “desviaciones” del bienestar y el cuidado: escuchan hablar de robos y ladrones, de la violencia y las guerras, o el maltrato a los animales, o los daños al medioambiente. No por estas nociones van a quedar para siempre traumatizados, atemorizados, o van a perder vitalidad y alegría. Pero claro que dudamos, en lo personal y aún trabajando en esta esfera, se me ha hecho difícil con mis propias hijas (y querría un mundo donde jamás hubiese sido preciso hablar de abuso sexual o combinar esas dos palabras en relación a los más indefensos). Hasta que constato que su entusiasmo y maravilla ante la vida, y el disfrute de los vínculos, no cambian porque hayamos conversado de “riesgos” o de medidas de autocuidado.
Por el contrario, entregar ciertas herramientas se siente empoderante. Y obviamente no vamos a hablar de “delitos sexuales” o “redes de pedofilia” a niños pequeños (aunque crecerán y nos preguntarán muy seguramente por éstas y otras nociones difíciles), pero sí de formas de tocar apropiadas y completamente inapropiadas, del derecho a decir NO y protegerse, y junto con ello estaremos nosotros muy alertas en el cuidado y el rol que nos pertenece, en la supervisión, la guía, sin dubitar ni creer por un momento que por esto afectamos el espíritu democrático y respetuoso de nuestra crianza, sino que estamos ejerciendo responsabilidad y dando ejemplo de ella.
Si por ejemplo, definimos controles parentales o reglas -por ejemplo, en relación a ciertos juegos de video y la edad que indican, ni un día menos; o a cuentas en redes sociales, uso de internet, uso de celular generalmente pagado por nosotros, etc-, no nos convertimos en “policías” ni tiranos ni padres “anticuados”, se trata de reglas claras, y de una actitud de cuidado que los niños aprecian cuando es translúcida, y no un subterfugio para el control sin más. Además, las reglas se reciben bien cuando se acompañan de diálogos y escucha, de entrega de información imprescindible (aunque no nos guste, aunque nuestra opinión sea negativa en relación a ciertos temas, no negamos datos vitales, que aportan al autocuidado de nuestros hijos), y sobre todo de amor y respeto.
En esta tabla volvemos sobre elmentos como la información precisa, educación en sexualidad/afectividad y relaciones humanas, conversaciones acordes a las edades, contextos, y capacidades de comprensión de los niños; el respeto a la “voz del cuerpo” e intuición, enseñanza de derechos, ejercicio y expresión de preferencias, y límites-límites-límites (una herramienta imprescindible). Son algunos pilares fundamentales, que siempre están en actualización, para la promoción del cuidado y la prevención de abusos. Más vasto aún: alcanzan el desarrollo de la identidad, del autoconocimiento, de la autoconfianza y autoestima de nuestros hijxs, y progresivamente, en la mirada de mediano y largo plazo, están proveyendo la base de sustento para el consentimiento adulto. Muchas gracias por concurrir. VJ
Estaremos compartiendo diversos recursos que, aunque vuelvan sobre contenidos y recomendaciones más de una vez, creemos siempre útiles y necesarios en el empeño de promover los buenos tratos y el respeto a los niños y niñas, y de prevenir toda violencia contra ellos, y muy específicamente, el abuso sexual. Nunca estarán de más todas las herramientas de las cuales podamos valernos y que podamos poner en manos de nuestros hijos, recordando también, que es central compartirlas con nuestros entornos más cercanos. Este esfuerzo es colectivo, y necesita consistencia y continuidad: donde quiera que vayan los niños, cualquiera sea el espacio donde se encuentren, en todos los vínculos significativos, ojalá puedan reconocer claves comunes y conductas semejantes entre adult@s que cuidan.
Las siguientes tablas tienen un foco en aspectos relativos a las comunicaciones e interacciones entre adultos-niños. Me gustaría señalar que aunque el centro está en lo explícito (lo que verbalizan los niños), nuestra escucha también necesita acoger y resonar con lo que no dicen, no con palabras, pero sí con gestos, estados de ánimo, síntomas del cuerpo, o la sola “intuición”, el “no sé por qué pero no quiero ir a ese lugar”. Como señalan las tablas no hacen falta explicaciones -que por lo demás, a veces los niños pequeños no tienen como expresar u organizar-, y respondemos de todos modos. En descargas sucesivas iremos revisando en detalle estos y otros contenidos de utilidad, esperamos. Gracias por vuestra atención y lo que nos motiva en el cuidado. VJ
Sugerencias y proposiciones para acompañar la lectura de niñas y niños pequeñ@s
El deseo de “Tod@s Junt@s” es invitar a niñas y niños a apreciar sus talentos y capacidades diferentes, motivarse por desarrollarlos, y a conocer sus derechos, muy especialmente, el derecho a ser cuidad@s y el derecho a educarse.
El CUIDADO y la EDUCACION son dos pilares que ayudarán a l@s niñ@s a construir, en el horizonte de los años, un proyecto de vida preferida desde el consentimiento, sus elecciones, sus convivencias con eras y lugares.
Para llegar a decidir por las propias vidas (o ser “autovalentes” como otros cachorros), los niños y niñas necesitan recorrer un camino, acompañad@s por los adultos, que les permita ir ejerciendo, de acuerdo a cada edad, progresiva autonomía. Esto es, de forma incremental, gradual, creciendo en responsabilidad y capacidad de autocuidado.
La autonomía es autocuidado y responsabilidad personal y social, participación, colaboración, en un planeta cada día más conectado, y donde es más evidente que nunca la interdependencia –entre países, personas, familias, comunidades, la humanidad y la naturaleza, en el compartir conocimientos y herramientas.
Éste libro es también un libro “sin edad” y pensado para el mundo adulto. Un espacio para quienes más gravitantes somos en las vidas de los niños: mamás y papás, docentes, y tod@s quienes formamos el círculo más cotidiano y presente del cuidado durante años de la crianza y formación. Años durante los cuales, niños y niñas crecen, van a la escuela, y se conocen y descubren a la luz de ideas, experiencias y vínculos que nutren sus vidas.
Chile, y una mayoría de países en el mundo, consideran que hasta los 18 años, a lo menos, niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir nuestra protección y apoyo incondicionales. “En cuclillas”, con los más pequeños. Caminar juntos luego, año tras año. Hasta verlos desplegarse en cielos propios y compartidos también.
La premisa principal es que tod@ niñ@, sin excepción, nace con un potencial. Talentos, intereses, gustos, capacidades, motivaciones: todo es parte de ese “potencial” que toma tiempo en desarrollarse, etapa tras etapa. Sólo pensar que el cerebro recién a los 25 años completa su maduración. Dar tiempo, honrar el tiempo de la niñez.
“Algo que puede ser”, posibilidades, empoderar: ésa es la “música” o entonación de nuestra lectura, afinada desde la confianza y fascinación ante lo que niños y niñas pueden imaginar, crear, hacer, aprender. Queremos que ellxs puedan, desde muy pequeños, comenzar a visualizar ese potencial.
Niños y niñas, todos por igual: los talentos, los sueños, no tienen género, las contribuciones a una vida o miles. Los seres humanos encarnamos una diversidad que nos enriquece y ennoblece, que nos maravilla, sorprende, y abre caminos (a veces insospechados, incluso desde aquello que se presentaba originalmente como adverso o imposible).
Para los niños y niñas, qué mensaje más portentoso, desde el inicio de sus vidas, el de la diversidad de nuestros talentos y capacidades humanas. Por ejemplo, en una palabra que es conocida para muchxs de ellxs, no existe una sino 9 tipos de inteligencia, ¡nueve! Tod@s l@s pequeñ@s tienen algo por descubrir. Para lograrlo, además de tiempo, necesitan de oportunidades y todo nuestro cuidado y apoyo.
La columna vertebral del texto la provee el cuidado ético como un imperativo adulto, y como un pilar determinante para el bienestar de tod@ niñ@ y su desarrollo pleno: cuerpo, mente, emociones, creaciones, resiliencias, responsabilidad, consentimiento, ciudadanía.
Sabemos que nuestra presencia amorosa puede hacer toda la diferencia en el destino de lxs niñxs. Ell@s necesitan saberlo también, y deben esperar nuestra entrega con la mejor disposición (recordando nosotros que si llegamos a adultos, fue también porque nos cuidaron).
Una expresión mayor del cuidado es la educación: son indivisibles. Cuidar y empoderar, proteger y habilitar, guiar y enseñar: con aprecio por la dignidad de cada human@-niñ@, y celebrando que sean partícipes y protagonistas en sus aprendizajes.
Nuestra responsabilidad en el cuidado se expresa también en el respeto y la promoción de los derechos de niños y niñas. Estos derechos son una forma de cuidar sus vidas presentes y también futuras. Siempre en “doble tiempo”. Recordando a l@s adolescentes, y a los hombres y mujeres que llegarán a ser. Lo que hagamos hoy –o dejemos de hacer-, ya está escribiendo la historia de cada niño y niña a cinco, diez, cincuenta años quizás.
Valores centrales del texto:
Inclusión plena y la celebración la diversidad; la igualdad de género, la no-discriminación, y la mutualidad en el respeto y valoración de los aportes de niños y niñas; educación donde l@s niñ@s son protagonistas de sus aprendizajes; la promoción de los buenos tratos y la colaboración; la interculturalidad y la “ciudadanía” del mundo; la integración del cuidado –a sí mismo, los demás, la naturaleza y el entorno- y de la justicia (respeto a derechos) que deben ir de la mano; la solidaridad y cariño como generación, entre niñ@s.
El libro puede ser presentado a los más pequeños como de “cuentos”, pero “reales” eso sí. Trece historias, y pudieron ser más. Quiero compartir que no pudieron ir en esta edición, historias entrañables: por ejemplo, de una niña rusa que creó una nave espacial de bajo costo, un niño que creó legos especiales para niños ciegos, y una niña autista que es una pintora maravillosa. Es mi intención compartirlas en algún momento.
A modo de relato esencial, para los niños pequeños: en las 13 historias de Tod@sJunt@s, conoceremos a niñ@s -“como tú, como ustedes”- que viven en distintos países (con sus tradiciones, idiomas, atuendos, religiones, alimentos, formas de jugar) y provienen de familias diversas.
Cada un@ tiene sus características físicas propias, sus formas diferentes de ser, sentir, aprender y hacer. Pero tod@s comparten algo en común: una idea o un sueño que querían realizar, y al menos una persona grande que les brindó todo su apoyo para que lo lograran. La maravilla y el portento en todo esto, es que mientras más adultos se comprometan con l@s niñ@s, más sueños se realizarán.
El libro, para ser compartido con la mayor cantidad de niñ@s de todas las edades, se desarrolla en un lenguaje que aunque sencillo y cercano, requiere adaptaciones y pausas que tomen en cuenta marcadores evolutivos, vocabularios en desarrollo y los tiempos más compactos de concentración de niñ@s pequeñ@s.
Para docentes y/o familias que acompañen y lean en voz alta a los más chiquitos, queremos proponer a lo menos 3 ejes desde donde abordar las distintas historias que componen “Tod@s Junt@s”: Eje del cuidado, Eje de los Talentos y Eje de los Derechos.
I. El cuidado:
Se puede enfatizar, para cada historia, el cuidado de los adultos a niños y niñas (familias, maestros, gobiernos, etc.); el cuidado mutuo entre seres humanos de distintas edades, y también, entre niños y niñas; y el cuidado del medioambiente y sus recursos, de otros seres vivos, y de nuestras comunidades humanas (el barrio, la plaza, el jardín o la escuela, la ciudad, el país, el mundo).
Les contamos a los niños que el cuidado va de la mano de la vida: su fin es sostenerla, ayudarla, darle fuerzas, en los seres humanos, y en todo ser vivo.
Alimentos, cobijo, educación, son formas de cuidar. También lo son: los buenos tratos, el respeto, el escuchar, y las palabras que elegimos cuando nos relacionamos con los demás. Y por cierto, los derechos y la responsabilidad que también irá creciendo en ell@s –niños y niñas- conforme vayan cumpliendo años, paso a paso.
Siempre que podamos, es importante volver sobre mensajes y el estímulo al autocuidado: el actuar en favor de la propia salud y bienestar, cuerpo-mente. Asimismo, en el hogar y en el aula son inmensamente valiosas las oportunidades que se van abriendo a l@s niñ@s para ensayar el cuidado: con un rincón a ordenar y embellecer, una plantita o jardín a regar, una mascota a alimentar (propia o compartida con sus compañer@s de aula).
La ética del cuidado es por encima de todo una ética de responsabilidad, así es que toda oportunidad de prodigar cuidado –y conversar sobre éste- es de tremendo valor. Y para toda esfera: escolar, deportiva, en el hogar, con los amigos, con grupos y en trabajo de equipo, con la comunidad, etc.
Cualquiera sea el eje elegido, está abierta la posibilidad de preguntar, explicar, proponer ejemplos y conversar con los niños acerca de valores fundamentales del cuidado ético que pueden reconocer en las historias, entre otros: sensibilidad, empatía, solidaridad, apoyo, respeto, compasión, no-violencia, y también la capacidad de reconocer si algo es injusto o dañino (por ejemplo, el maltrato a los animales), y de hacer algo por cambiarlo.
II. Talentos, capacidades diferentes y educación inclusiva:
Tod@s los niños y niñas son únicos y diferentes al mismo tiempo. Y tod@s tienen un potencial, talentos, y son inteligentes (podemos o no utilizar este concepto en función de si los pequeños lo conocen o preguntan). Puede ser muy enriquecedor invitar a preguntas tales como ¿qué me gusta?, ¿qué me gustaría aprender, hacer?
El jardín infantil y la escuela son lugares donde tod@s l@s niñ@s deben ser bienvenid@s y apreciad@s. Ahí pueden ser curiosos, explorar, y aprender. Es importante vincular las historias donde la escuela fue un espacio favorable y enriquecedor para l@s protagonistas de la historia.
Existen muchas y distintas formas de aprender; cada niñ@ tiene una o más. Con los niños pequeños conceptos como “necesidades educativas especiales” pueden ser más complejos de asimilar. “Capacidades diferentes” y “formas distintas de aprender” pueden resultar términos más cercanos.
En cualquier grupo quizás han observado que hay niños y niñas que aprenden mejor o más contentos, cuando pueden dibujar, otros cuando pueden escuchar una historia, o va acompañada de una canción, o bien de una “animación” o una actuación. Hay niños que necesitan más silencio, otros más recreos, más quietud o más movimiento o simplemente estar al aire libre realizando la misma actividad que habrían realizado en el aula.
Podemos vincular las formas de aprender a los sentidos, y contarles a los más pequeños –si no han tenido ya la experiencia- que hay niñ@s que son muy agudos aprendiendo desde lo que oyen y tocan, cuando por ejemplo sus ojos no ven o ven con dificultad. Los sentidos se organizan de otra forma para poder de todos modos conocer el mundo y aprender.
Y si un niño o niña usa una silla de ruedas, o muletas, o una prótesis (que reemplaza un brazo o una pierna, o ambas), puede también jugar de distintas maneras y participar de deportes y otras actividades.
Si compartimos nuestras vidas con todas nuestras diferencias, todos nos vemos beneficiados y aprendemos distintas formas de aprender y jugar. De hecho, una forma preferida y genial de aprender de los niños y niñas es jugando!
Se puede jugar con otros y también por cuenta propia, y hasta en silencio, en la imaginación. En la niñez y en toda edad, el juego es una tremenda ayuda para el cerebro -así dicen los científicos que más saben- y también lo es poder “equivocarse” y practicar algo muchas veces (esto puede vincularse a desarrollo cerebral y de la red neuronal, de forma entretenida), seguir tratando.
De cada historia se puede destacar la constancia, el no desanimarse, la experimentación de soluciones, el esfuerzo alegre (no como imposición, tedio o martirio).
Podemos explorar y aprender en muchos lugares, en el hogar, en el jardín o la escuela, junto a nuestros maestros y compañer@s. Internet es un GRAN espacio también, y se puede aprender mucho (con la guía y compañía de adultos hasta que conozcamos bien cómo funciona).
Algo muy importante: niños y niñas también pueden aprender unos de otros, compartiendo juegos, historias, dibujos, canciones, colaborando, apoyándose, participando junt@s en distintas actividades. Integrando a tod@s.
Es una gran oportunidad, y un derecho también de los niños, poder cultivar la amistad, las relaciones alegres y respetuosas entre niñ@s, tener amigos y amigas, sin restricciones (por ejemplo, la salud, aunque esté frágil, no impide la amistad ni poder compartir de distintas maneras), sin prejuicio, y sin estereotipos (juguetes, colores, personajes, son para todxs! niños y niñas), y sin omitir ni dejar fuera a nadie.
nota: Modelo Talentos/Inteligencias Múltiples: Howard Gardner, neuropsicólogo, propone una mirada polifacética de la inteligencia y/o de los talentos, sumando 9 tipos. Éstos son: Talento-Inteligencia Musical; Espacial; Corporal-Cinestésica; Naturalista; Interpersonal; Lingüística; Lógico Matemática; Intrapersonal, y Espiritual.En Chile, este modelo ha sido difundido y explicado maravillosamente por la neuróloga Dra. Amanda Céspedes (Inteligencias Múltiples desde el modelo de las neurociencias aplicadas a la educación, Revista Calpe y Abyla).
III. Derechos, responsabilidad y ciudadanía:
Explicar los derechos como formas de cuidar las vidas de los seres humanos, especialmente de los más pequeños. Se puede utilizar cada historia para enseñar sobre derechos de niñ@s y adolescentes (apoyándose en el resumen disponible en el texto) y vincular también con derechos humanos universales.
En las páginas finales del libro se encuentran una breve historia de cómo nacieron “los derechos del niño”, y un resumen, en palabras muy sencillas, de algunos derechos para ser leídos y conversados con niños y niñas pequeñxs.
Es importante recalcar, cada vez que sea posible, que todas las personas son diferentes, y todas merecen igual respeto de sus derechos y de su persona: grandes y chicos, distintas familias, personas de distintos lugares, con distintas características, con ideas y opiniones diferentes, niños y niñas, hombres y mujeres.
Las historias pueden ser abordadas desde la igualdad y el respeto mutuo entre géneros: en la educación, la colaboración, los proyectos de vida y las oportunidades que deben disfrutar niñas y niños por igual, porque amb@s tienen talentos, capacidades que les pueden permitir crear y desenvolverse en distintas áreas, oficios, profesiones, emprendimientos.
El valor del respeto a toda diversidad también está presente –por ejemplo, la diveridad sexual, integrada en dos de las historias-, existen algunos estándares sencillos a considerar:
1) resaltar toda diversidad en la vida, y cada vez que podamos: en la naturaleza, floras, faunas, colores, tantas diferencias y están por doquier! 2) resaltar la diversidad también entre seres humanos que viven en distintos continentes, culturas, geografías etc. (sus atuendos, idiomas, rutinas diarias, alimentos, juguetes, etc. ¿Cómo se visten en Alaska, donde hace mucho frío, y cómo en el desierto, o en las islas del Caribe? Por ejemplo.) 3) todxs somos diversxs, también lo son nuestros talentos, formas de sentir, de relacionarnos, de amar, de ser familia. 4) existen familias diferentes también: las hay con mamá y papá, con dos mamás, con dos papás, o una mamá solamente, o bien un papá, y también con abuelos, o hermanos mayores, etc. Todas, sí, son iguales en su misión de cuidar a los más pequeños.
Somos tod@s habitantes de la Tierra, y “ciudadan@s del mundo” (responsabilidad individual y colectiva por nuestro planeta-hogar). Hoy más que nunca, estamos conectados (gracias a la tecnología e internet). Es fantástico poder conocer de otros niños, aprender de continentes y países, y de todas las personas que viven en ell@s.
Cada historia del libro puede detenerse en el país donde transcurre, y averiguar o compartir con los niños (ojalá con mapamundi en mano, o fotografías) datos sobre su geografía, tradiciones, flora y fauna, hechos históricos, artes, etc.
Y destacando también la gran oportunidad que se nos presenta en tiempos donde se da que muchas familias y niñ@s nacen en un lugar, y luego pueden viajar y vivir en otro: por ejemplo, en Chile, donde tenemos la posibilidad de ser amig@s, aprender unos de otros, y hacer muchas cosas. Tod@s junt@s.
Relato esencial: jóvenes skaters australianos viajan a Afganistán y se dan cuenta de que a niñ@s y adolescentes les llama mucho la atención la práctica del skateboarding. Entonces deciden fundar una escuela – Skateistan- donde además de pasarlo muy bien estudiando, niñas y niños pueden practicar continuamente con sus skates en ramplas fantásticas y modernas. En ese país, debido a tradiciones muy antiguas, las niñas en general no se educan y ni siquiera podían andar en bicicleta. Lo bueno es que esas tradiciones no alcanzaron a prohibir los skates (☺). Actualmente, las niñas son magníticas skaters y más del 40% de ellas, a nivel nacional, practica ese deporte.
Relato esencial: Un niño nuevo en la escuela, en su primer día de clases, usó una polera rosada. Fue víctima de bullying por otros compañeros. Dos estudiantes un poco mayores, decidieron defenderlo: compraron con sus mesadas muchas poleras rosa y las repartieron en la escuela. Pronto, otrxs estudiantes, profesores y adultos de toda la ciudad llevaban poleras rosadas como una forma de decir NO al bullying, y sí al respeto!
Relato esencial: En una escuela de un pueblo lejano, donde la vida era muy difícil, un profesor decidió dar a sus estudiantes la posibilidad de elegir “qué querían aprender”. No había muchos materiales, un sólo computador, pero cada día el profesor y sus estudiantes investigaban y aprendían algo nuevo. Paloma no sabía que ella era un genio de las matemáticas. Con su profesor y compañerxs, descubrió su tremendo potencial…
Podría continuar dando ejemplos (y esta guía está en desarrollo, así es que irán agregándose nuevos elementos), pero creo queda la idea esbozada. No hay una sola forma de contar una historia y dependerá de cada niñ@, sus edades, intereses, y formas preferidas de recibir lo que es contado.
“Tod@s Junt@s” espero sea un espacio para encontrarse, conversar, explorar y soñar niños y niñas, o niñ@s y grandes. Celebrar y agradecer la diversidad que somos, en la tierra, en cada comunidad, tan pequeña y llena de posibilidades como el aula, y nuestros hogares. Y estimular a todos los niños y niñas a descubrir todo lo que traen con ell@s, lo que pueden llegar a ser, gracias a su curiosidad, aprendizajes, ensayo de talentos y capacidades, durante todos los años de su niñez.
Que no quede potencial dejado a su suerte. Que no se dilapiden talentos. Los niños y niñas en el libro, no sabían de lo que eran capaces hasta que los alentaron a explorar, a ir más lejos, a descubrirse.
Ojalá, también, este libro sirva de excusa para traer la mirada hacia nuestros niños, sus historias. No me puedo imaginar la cantidad de historias que no llegamos a conocer de niños de nuestros barrios, ciudades, regiones y país. En cada aula, es transformadora la permanente pregunta sobre sueños, anhelos que van cambiando, o sobre historias de algo especial o maravilloso que quieran contar niños y niñas, de vuelta de cada fin de semana, vacaciones, o cualquier día.
Si nos animamos a soñar también, qué maravilloso sería ver crecer este libro como hemos conversado con profesores y profesoras chilenas: un Tod@sjunt@s con historias de un curso, o de un colegio, o un libro de historias de niños en la Araucanía, en el Norte, en las islas de Chile. Dejar volar esa intención, y que sea.
No me queda más que agradecer vuestra concurrencia en esta lectura, que es sobre todo un “encuentro” en torno a lo posible e infinito que se despliega en la niñez, y desde nuestros actos de cuidado, estímulo y empoderamiento de niños y niñas con quienes tenemos la fortuna y honor de cruzar camino.
VJ, 2015
Agosto 2015:
Con inmensa alegría, y justo en el Mes de la Infancia 2015, les invitamos a compartir las historias de Tod@s Junt@s (y otras que serán una sorpresa) en este sitio.
A partir de hoy y en meses venideros, iremos conociendo en detalle, una a una, cada historia junto a material complementario para la lectura. La idea es que, vía online, este texto pueda ser un recurso más para el aula, y ser compartido con niñas y niños, dondequiera que se encuentren.
El libro sólo es publicado en Chile, pero si surgen preguntas o la necesidad de intercambiar información adicional, por ejemplo, desde escuelas en otros países de Latinoamérica –que puedan hacer uso de este material online-, no duden en contactarnos vía correo electrónico: contacto@box5282.temp.domains
OMAYRA TORO Y NAOMI ESTAY
Dos niñas chilenas, alentadas por su profesora de biología, llevan a cabo un proyecto en la Antártica que más adelante será reconocido internacionalmente, por su enorme contribución a la conservación de los océanos del planeta.
Con motivo del Dia Internacional de la Niña, y recordando el premio Nobel de la Paz otorgado en 2014 -histórico, por recibirlo una niña-, compartimos la historia de Malala Yousafzai: estudiante, activista, líder de la paz y por el derecho a la educación para todas las niñas y niños del mundo.
Un niñito que tenía una sola pierna soñaba con correr. Gracias al apoyo de un joven deportista muy premiado, que tenía una pierna increíble (hecha de acero y madera especiales, ligeras como el viento), el pequeño Rio pudo cumplir su sueño.
Gracias al estímulo de su profesor y de un padre amoroso, una niña pudo descubrir sus talentos, sin haber imaginado que entre ellos se contarían las matemáticas y que luego se convertiría en la alumna más destacada de su país.
La vocación de Cris es ayudar a l@s niñ@s que viven en la calle; son 250 mil en Filipinas, su país, y se estima que en el undo pueden ser unos cien millones de pequeñ@s y adolescentes en esta situación.
Lectura recomendada: La ética del Cuidado, Carol Gilligan (2013).
Formato: PDF.
139 páginas.
Cuadernos de la Fundación Víctor Grífols i Lucas, 10-40, España.