Las partes privadas (cuidado ético y prevención)
Muchos papás y mamás nos preguntamos cuándo es el momento para enseñar “los nombres correctos” de las partes privadas, o si podemos usar diminutivos o apodos. No solemos hacer las mismas preguntas en relación a otras partes del cuerpo: simplemente las enseñamos usando sus nombres, con la mayor naturalidad. Es lo mismo para las partes privadas, y es positivo incluirlas desde el comienzo, incluso antes de que nuestros hijos comiencen a hablar. Hoy en día, el criterio es universal: lo encontramos en casi todos los jardines infantiles, salacunas, escuelas, en libros, en visitas al pediatra, etc. Esa sintonía expresa cuidado: la información es protectora, en cambio, la desinformación o la confusión desprotegen a nuestros hijxs.
Estamos compartiendo con nuestros hijxs una “historia” acerca del cuerpo humano, de sus cuerpos, que va con afecto, respeto, y mucha maravilla, al mismo tiempo que les enseñamos a cuidar, a cuidarse, a conocer sus derechos, sus límites y ejercerlos. Lo anterior representa un factor protector, y también empoderante para niños y niñas: provee un sustento para interacciones y relaciones que se irán construyendo en el tiempo, y para el desarrollo del consentimiento que quizás, cuando vemos jugar a nuestros niños pequeños, se ve todavía muy lejano, pero no lo es y ya comenzamos -desde el primer día- a nutrir su desarrollo. Lo demás, en las tarjetas 😉
Gracias una vez más, VJ