Tod@s Junt@s (*)
(*) Texto del discurso de presentación para el lanzamiento de Tod@s Junt@s, 28 mayo 2015 (ver nota).
La idea surgió hace un par de años. Llevaba desde siempre usando “historias prestadas”. Mis preferidas: historias de niñ@s.
Todo ese “archivo” podía servir de proposición y “opening line” en terapia, seminarios, clases en el aula –y me ayudaba también con mis hijas: sobremesas, viajes largos, situaciones difíciles, o necesitada de un estallido de esperanza, siempre tenía alguna historia para contar. Experiencias de niñ@s, increíbles, aparecían por doquier, aunque rara vez llegaran a titulares en las noticias.
Era 2013 y se aproximaba el aniversario 25 de la Convención Internacional de Derechos del Niño. A la par, la agenda de desarrollo para el milenio ya trazaba su horizonte post 2015. Ignorábamos, en ese momento, que 2014 (y lo que llevamos del 2015) llegaría ser definido por UNICEF como el peor año para la niñez en el mundo, desde tiempos de la segunda guerra mundial y el Holocausto. Aun sin esa información, se dejaba sentir un ciclo gris, creo todos lo sentíamos, lo sentimos. Vivir en estos tiempos y atestiguar todo lo que atestiguamos. A veces parece ficción, de la más horrífica, pero no es.
¿Cómo recordarnos los votos, si pueden ser llamados así, donde las generaciones mayores nos apostamos al cuidado de las más jóvenes? ¿Cómo recordarnos que el respeto a los derechos de los niños desborda consignas y listas de buenas intenciones, y es, por encima de todo, una forma de cuidar y de amar?
En las historias atesoradas estaba la respuesta: había que compartirlas, tomar un primer puñado de ellas y narrarlas con un sentido muy claro de celebración de la vida, y de ella, en conexión con el cuidado incondicional de niñ@s y adolescentes. Nuestra responsabilidad, a lo menos durante18 años. A lo menos.
Nació “Tod@s Junt@s” como una invitación a mirar la niñez, sus vidas, sus derechos, sus luces. Lo único y diverso que trae cada niño y niña: capacidades, talentos, sueños, sus pasiones y creatividades. Las historias que van a conocer, pertenecen a niñ@s que en distintos lugares de la tierra –también Chile- están cambiando el mundo gracias a su propio entusiasmo pero sobre todo, alentados por a lo menos una persona adulta, incondicional en su apoyo. Una persona. Imaginar si fuéramos miles: ¡Qué infinidad de ideas, capacidades y talentos infantiles podrían desplegarse!
Todo niño y niña nace con un potencial a desarrollar, pero sin cuidado, sin protección de derechos, sin adultos presentes, sin abundancia e igualdad de oportunidades y sin una educación potente y apasionada, miles de historias como las de este libro jamás llegarían a ser escritas, y miles de talentos serían desperdiciados, jamás descubiertos.
L@s niñ@s dependen de nosotros no sólo para continuar vivos, en salud y bienestar, sino también para reconocer sus talentos, soñar y llevar a cabo sus proyectos de vida. Desde hace miles de años, somos responsables de cuidar una generación a la otra, y gracias a ese cuidado que evoluciona en cada ciclo (también estamos aprendiendo), hemos llegado hasta aquí. Y podría ser, todavía mejor. Falta mucho por hacer.
Es un tremendo honor y una maravillosa oportunidad la que tenemos con cada nueva generación. Más, en un milenio como el actual. ¿Cuándo habríamos imaginado poder comunicarnos como lo hacemos, mirar al espacio, compartir conocimientos de forma casi instantánea?
Es un tiempo alucinante, y siempre ha existido maravilla en la tierra (y el universo entero), pero las nuevas generaciones tienen la posibilidad de acercarse a ella cada vez con mayor facilidad y riqueza. La vida puede, podría ser buena para tod@ niñ@, cada un@, si nos lo proponemos sin sabotearnos con “imposibles-difíciles-improbables” antes de siquiera poner manos a la obra.
Podríamos no lograr todo horizonte (mínimo criterio de realidad, el observar nuestras posibles restricciones y obstáculos), pero cada pequeño o gran avance y cada gesto responsable y de entrega, de amor, nutre un esmero mayor que suma a las vidas de una generación tras otra. Tal vez nuestr@s hij@s disfrutarán de algunos cambios, pero nuestr@s niet@s de muchos más, y así. ¿Cómo restarnos entonces?
Pensando en l@s hij@s de tod@s, ojalá este libro invite a afinar nuestros sentidos para encantarnos y comprometernos con la niñez, sus formas de aprender y crear, de mirar, de expresarse, y al crecer, sus formas de cuidar sus propia vidas, y de contribuir, ojalá, a las de sus prójimos también, como ciudadan@s responsables.
Niñ@s con familias distintas, diversas culturas y credos, capacidades diferentes y necesidades especiales, identidades de género, biografías y migraciones, formas diferentes de jugar, aprender, crear: tantos atributos y vitalidades, energía valiosa e imprescindible que en cada ciclo de la historia, impacta para bien a toda nuestra humanidad. Un propósito entrañable de “Tod@s junt@s” es expresar una voluntad por la inclusión plena de toda diversidad de los niños, niñas y adolescentes, en sus escuelas, comunidades, en cada aula, tal cual en la vida. En toda la tierra.
Son más de dos mil millones de niños y niñas menores de 18 años a nivel mundial, y en Chile, un número cercano a los 3.5+ millones (eso según un censo cuestionado como el del 2012, pero tampoco se trata de un censo “delirado”, o con errores en el rango de millones de personas). Del total de nuestr@s niñ@s, 71% ha vivido experiencias de violencia física, psicológica y/o sexual. El número de cuántos no llegan a disfrutar de aprender, a tener un sueño, a descubrir o desarrollar sus capacidades y talentos, ése número no lo tengo. Pero es sólo cuestión de recordar las profundas inequidades que existen en nuestro país, para imaginar que ese número, es otra cifra bestial e imperdonable.
Ha sido un tiempo decepcionante el que hemos vivido y no bastan ya “anuncios”, por cierto muy demorados (y realizados y abandonados en más de una oportunidad), en materia de protección integral de la infancia. A pesar de todo, apoyamos esas intenciones, y necesitamos hacer saber a nuestros gobernantes que estamos dispuestos a poner toda nuestra energía en este empeño. Lo que hagamos hoy por la infancia –o dejemos de hacer- escribe la historia actual de cada niñ@, y su historia de cinco, diez, veinte años o más. También la nuestra, como colectivo.
Much@s tenemos confianza en que podemos hacerlo mejor, hacerlo bien. Tod@s quienes vivimos aquí: hombres y mujeres de todas las edades, adult@s y niñ@s, niñas y niños, ciudadan@s y todos los partidos políticos y movimientos por una vez unidos (y bien vale la pena: esto sí que es transversal!), todos los credos e iglesias, personas de todos los oficios, regiones, con todas sus historias.
Yo creo con toda el alma que se puede, con amor (y es lo que nos levanta cada día) y sin más separaciones que sólo nos arriesgan y quitan encanto a nuestros afanes. Por los niñ@s, la salud, la educación y la justicia necesitan ser concebidas en conexión amorosa. Igualmente la democracia, el servicio público, la vida en comunidad. En serio, vamos junt@s aquí, en toda la tierra, en esta ciudadanía vasta.
Ojalá este libro aporte un grano a esa sensación de lo posible, de reunión indispensable de un@s y otr@s, de cuidado mutuo. Ojalá, aporte también un grano a la mirada que sin vergüenza se declara enternecida y fascinada con cada nueva generación, teniéndole fe, viéndola brillar, respetando sus tiempos, empoderándola, poniéndonos a disposición, y desacatando tanta inequidad y segregación (con todo lo que traen de sufrimiento). Imaginar, hasta materializar, las mejores vidas posibles.
Gracias a ustedes por poder encontrarnos aquí. A las niñas y niños que hoy nos inspiran; a l@s pequeñ@s que recibirán estas historias en voz de quienes les aman (en tanto aprenden a leer), y l@s que ya leen por su cuenta.
Gracias a quienes cuidan, a las familias y educadores, a los hombres y mujeres que recuerdan su infancia y se emocionan, mucho más, acompañando a los más pequeñxs.
A Marianela Frank y Philippe Petitpas, respectivamente, mi gratitud enorme por las ilustraciones y el diseño hermoso de “Tod@s Junt@s” y porque son aliados también en el trabajo por los derechos de la niñez. A Pía Barros y James Hamilton, por ser “cambiadores del mundo”, por sus entregas al colectivo, por acompañar y presentar este libro con tanta sabiduría y tanta fuerza, y porque cada un@, en momentos decisivos de mi vida, me regalaron voz y alas, convirtiéndose en familia, mi bandada elegida.
Por último, con todo mi cuerpo y mi alma y mis años, gracias a mi hogar, por cada etapa y camino recorrido junt@s. A mis niñas, Emilia y Diamela, las más infinitas gracias, por ser la fuente de vida, y todo el amor.
Termino compartiendo una buena noticia: junto a la publicación de Tod@s Junt@s en Chile, por etapas realizaremos la entrega de sus capítulos, uno a uno hasta completar el libro, para descarga gratuita online (en www.vinkajackson.com próximamente). Esto, pensando en países y lugares distantes donde quizás las casas editoriales e impresiones no lleguen o demoren en hacerlo, pero donde sí estamos segur@s siempre habrá una escuela y un computador, a lo menos, y niños y niñas que puedan querer recibir y hacer suyas estas historias, y escribir otras nuevas, propias.
“Tener derecho a la vida significa también tener derecho a construir
un proyecto de vida orientado a ser feliz” Victoria Camps
“No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad,
que la forma en la que trata a sus niños”. Nelson Mandela