Hola a tod@s,
Desde hace un tiempo, la prensa ha estado informando acerca de las acciones terroristas del grupo Boko Haram (cuyo nombre se define desde la oposición a la educación occidental), quienes se adjudicaron responsabilidad sobre el secuestro de más de 300 niñas escolares en abril pasado, de las cuales aun 276 deben ser rescatadas (53 lograron escapar,y dos niñas fallecieron, según información de sus captores).
Las niñas han sido forzadas a convertirse al Islam y a contraer matrimonio con militantes del movimiento. Los intentos de búsqueda y rescate -a un mes del primer secuesto de 230 niñas- han sido infructuosos hasta aquí (y cuesta creerlo con países como EEUU, UK, Israel y Francia, apoyando al gobierno de Nigeria). El pedido de Boko Haram, para el intercambio de rehenes por reos terroristas, fue denegado por el presidente nigeriano.
Cuesta imaginar que aquello que sucede en Nigeria pudiese ocurrirnos a nosotros… pero lo cierto es que de secuestros y “desapariciones” sabemos demasiado como país y en eso hay algo que nos une en solidaridad con nuestros prójimos nigerianos. Las niñas de Nigeria ponen luz también, para mirar el devenir de las niñas de nuestra propia nación, sus vidas, nuestras ausencias desde el mundo adulto. La violencia física y sexual ejercida contra las niñas y adolescentes de toda latitud, duele. Duele física y moralmente. Y es inimaginable el secuestro, la separación forzada de nuestras hijas e hijos. Aunque no lo hayamos vivido, el sentimiento de empatía nos expone a un dolor. Y ojalá a la indignación, y también a la voluntad de actuar.
Cuesta ver fronteras en esto, somos una gran comunidad en la tierra. Pero también nos enfrentamos al contrapunto ineludible que pone nuestra propia realidad, tan cerca. Les compartimos esta columna de reflexión “
Desaparecer: en Nigeria, o en Chile“.
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Alrededor del mundo se han organizado diversos eventos y actos en solidaridad con las niñas secuestradas y sus familias. Chile no se ha quedado atrás. Junto a un grupo de amig@s y activistas por la niñez decidimos juntarnos e implementar una acción en solidaridad con lo que ocurre en Nigeria. Pensar en las niñas como si fueran nuestras hijas y hermanas, responder como comunidad ante el horror y hacer propio el dolor de miles de personas.
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Agradecemos especialmente a Mirella Henríquez -no la conocemos en persona- una mamá y activista de twitter que nos animó a emprender la iniciativa ciudadana, a no esperar. También, a la ilustradora Marianela Frank por permitirnos usar su ilustración (del libro “Niñas hoy, mujeres mañana” de Vinka Jackson) para el afiche de convocatoria. Y a muchas otras personas que nos han alentado y apoyado.
Y al psicólogo, y querido amigo, Tomás Ojeda por los grandes esfuerzos en la organización de este encuentro.
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Este domingo 18 de mayo, a las 11.30 horas, nos reunimos en Ma Luisa Santander 0290 Providencia. Pueden ir niños, jóvenes, familias, adult@s de todas las edades.
Queremos dar gracias a la CVX por su generosidad en facilitarnos su casa/sede para el encuentro.Y a las jóvenes ciéntificas Omayra Toro y Naomi Estay (ex alumnas del Liceo 1, y ganadoras del Premio de la Corona Sueca por su aporte a la protección de las aguas del planeta), que entregarán un mensaje el domingo desde la voz de las niñas.
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El encuentro tiene un tono reflexivo, desde el eje de la ética del cuidado, los derechos de las niñas y los niños, y cómo somos interpelados como ciudadanos del mundo (más allá de nuestro solo país) en el cuidado de los unos y los otros.
Se realizarán 2 ó 3 intervenciones de personas que ayudarán a contextualizar los hechos, una canción, y la confección conjunta de un cartel con el hashtag #BringOurGirlsBack.
¿Algo especial que llevar? Ojalá podamos ir con una polera, chaleco, polerón o chaqueta roja, o algo de ese color. ¿Por qué? Porque fue el color elegido por las madres de las niñas secuestradas cuando marcharon por las calles de Nigeria en su búsqueda.
Ojalá se animen y puedan invitar a much@s más. Un saludo grande, con afecto y esperanza,
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Domingo 18, última invitación
Mientras 440 niñas y niños de una ciudad nigeriana llamada Kano, desafían el terror y continúan asistiendo a la escuela (a pesar de la masacre de 2012), otras 276 niñas continúan desaparecidas.
Con las niñas y niños de Nigeria -un país que quizás muchos de nosotros jamás conoceremos- podemos solidarizar y enviar nuestro apoyo desde lejos. No somos tan ingenuos en pensar -como algunos acusan- que una campaña desde las redes sociales y la ciudadanía vaya a rescatar una sola niña. Pero el pedido de sus familias es a no cejar, no permitir que sus hijas sean olvidadas, sostener la solidaridad con ellas (y las plegarias) y también, ser inclementes en la presión sobre organismos internacionales y gobernantes para que actúen en rescate de las niñas. ¿Cómo no apoyar?
Acá, en nuestro país, en cambio, no debemos sentirnos lejos ni de manos atadas. Con nuestras niñas y niños tenemos la oportunidad de actuar ahora, juntos, aquí, para escribir otra historia.
Desde lo que ha sucedido con las niñas de Nigeria, el reflejo de agua donde también mirarnos y movilizar nuestra energía.
Me atrevo a decir que todos querríamos no saber más de abusos y violencias (no por ceguera, sino porque no existan), y en cambio sí, de entornos amorosos y enriquecedores para los niños, en hogares, escuelas, en Sename, en los barrios, el sistema de salud, todo lugar.
Estamos juntos en esto, no hay colores políticos ni debería haber controversias ni oposiciones cuando se trata de asegurar el cuidado (incondicional) y el bienestar de todos los niños y niñas, mientras crecen y llegan a ser capaces de cuidar y decidir sus propias vidas. Mientras recorren esos años, los adultos y adultas, desde cada hogar y hasta el Estado en pleno, necesitamos estar disponibles. El círculo de protección lo hacemos entre todos: es una tarea grande, y se necesitan todas las presencias posibles.
Ojalá podamos encontrarnos hoy. Hemos pedido usar algo rojo (como las madres nigerianas),si es posible, llevar su letrero con el # (#BringBackOurGirls) que se está usando en todas las acciones del planeta (nuestro evento está registrado en FaceBook y Minguo).
Será un acto sencillo, breve (una hora, un poquito más) con mucho sentido, organizado por personas comunes y corrientes, acompañado en las voces, entre otras, por Omayra Toro y Naomi Estay (ambas alumnas egresadas del Liceo 1, recibieron el premio de la Corona Sueca el 2013, por su aporte a la conservación de las aguas del planeta).Con mucha esperanza, comparto también que esta iniciativa ha sido apoyado por la mayor diversidad de ciudadan@s, organizaciones, movimientos sociales y políticos.
Gratitud, porque la infancia pueda unirnos así.