Para partir, sólo gracias

Muy breve: sólo para iniciar esta experiencia, que es más bien de prueba (en tanto sale el sitio web que ya anunciaremos), quería agradecer a todas las personas que han compartido sus historias conmigo en “conversaciones” tendidas gracias a “Agua Fresca…”. Gracias por leer mi libro, por hacerlo suyo, y por regalarme la paciencia de esperar a que yo, que paso de idas y vueltas entre un lado y otro de la línea del Ecuador, contara con el tiempo para hacer el debido contrapunto y responder a las preguntas, inquietudes, y testimonios que han tenido la gentileza de confiarme, sin imaginar lo mucho que me han enseñado y ayudado a crecer.

 Espero que este espacio que muchos de ustedes me sugirieron establecer –e insisto, es sólo transitorio-, nos permita continuar “conversando” con el mismo buen espíritu de agua fresca que moviliza y renueva nuestros espíritus. No es de majadera ni “pegada”, pero en verdad para mí este símbolo del agua fresca es antiguo y constante como sinónimo del pulso de mi corazón. También lo es de la perseverancia en tomar la vida con todo lo que ella es: su halo bellísimo y también difícil. Es ahí, cuando imagino sus pies heridos y cansados y una esponja nueva, muy suave y cargada de agua fresca para lavarlos y darles alivio antes de emprender un nuevo camino, mejor que el anterior, eso siempre, pues se recorre con mayor experiencia y aprendizajes.

El subtítulo también marca el tono de lo que encontrarán aquí: gratitud, resiliencia y bríos. Tres elementos con los que siento uno puede –y debe-  transitar la adversidad más inmisericorde, y la fortuna más generosa que pueda tocarnos. No habría llegado ni a un quinto de mis 40 años si no hubiera contado con estas herramientas que casi me llevan a pensar que, cual oro, mirra e incienso, me fueron regaladas por mi propio team de reyes magos o hadas, al momento de nacer. O me las regalé yo misma, sin saber, activando esa parte misteriosa y potente, innombrable para mí, que todo ser humano trae consigo. No sé por qué, pero estoy convencida de ello. Aunque demore, tropiece, parezca extinguirse, o se nos pierda por largos períodos, ese elemento indefinible está sino en todos, en la gran mayoría de los humanos. No habríamos llegado hasta aquí –desastres y errores incluidos, pero cuánta belleza que hemos producido también- si así no fuera.

Pero mejor hasta aquí llego. Ya habrá tiempo de continuar conversando. Bienvenidos sean, como siempre, sus comentarios y aportes. Y para quienes necesiten comunicarse de modo más personal y privado, sigue estando vigente aguafrescaenlosespejos@gmail.com

Gracias otra vez y muchas bendiciones.


Fotografía del título: Beginning